Virgen Nuestra Señora de la Misericordia

La historia de la Virgen de la Misericordia comienza en Savona, Italia, en el año 1536, cuando María se apareció a un humilde labrador llamado Antonio Botta. En medio de un resplandor celestial, la Virgen se mostró como la dulce y tierna Madre de Misericordia, llamando a la conversión, la oración y la práctica de la misericordia.

Estas apariciones revelaron un mensaje profundo: la necesidad de la oración, el ayuno y la penitencia para reparar las ofensas y atraer la paz al mundo. Siguiendo sus indicaciones, el pueblo comenzó a realizar procesiones y oraciones en honor a Dios y a la Virgen, construyendo un oratorio que pronto se transformó en un santuario donde se cuida a los más necesitados.

A lo largo de los siglos, los Papas reconocieron la importancia de esta devoción, otorgándole privilegios y coronando solemnemente la imagen en 1815. Así, la Virgen de la Misericordia se convirtió en un símbolo vivo de amor, protección y esperanza.

Para las Hijas de Nuestra Señora de la Misericordia, María es el modelo y guía que inspira su misión, acompañándolas en la entrega constante a los pobres, enfermos y más vulnerables, reflejando en su vida el rostro misericordioso de Dios.

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